Si mimas tus lentillas, podrás disfrutar de ellas durante más tiempo y con el mismo confort que el primer día. Es imprescindible brindarles unos cuidados mínimos, ya que en la superficie de las lentillas acaban depositándose partículas de polvo y suciedad, así como restos orgánicos de proteínas y lípidos de la película lagrimal. Con una sencilla rutina de higiene podrás evitar y reducir estas deposiciones.
En última instancia, se trata de la salud de tus ojos y una limpieza deficiente puede causar enrojecimiento, escozor y, en el peor de los casos, incluso inflamación ocular o conjuntivitis. Con una higiene correcta y los productos de cuidado adecuados, podrás disfrutar de tus lentillas durante mucho tiempo. Si usas lentillas diarias en principio puedes olvidarte de estos cuidados, ya que todos los días se reemplazan por un par fresco. Sigue leyendo para averiguar qué hay que tener en cuenta en la limpieza y en la elección de los productos de cuidado para lentillas.
¡Asesoramiento individualizado profesional!
El cuidado correcto de las lentillas pasa por emplear los productos de higiene adecuados. Muchas veces suelen emplearse varios productos de conservación y de limpieza de forma conjunta. Acude a una óptica para que te ayuden a elegir tu selección personal de productos de cuidado compatibles. Para ello, habrá que considerar la presencia de posibles alergias, además de tus necesidades individuales. El óptico también te dará valiosos consejos y trucos sobre el cuidado correcto de tus lentillas.
Los siguientes puntos son indicaciones generales para el cuidado de lentillas. Lávate las manos antes de limpiar tus lentillas, y sécatelas bien. Así evitarás que las lentillas entren en contacto con bacterias. Además, nunca deberías emplear agua para enjuagar las lentillas. Puede ser nefasto para las lentillas si se ven expuestas a metales pesados (por ejemplo, plomo) o impurezas (como gérmenes o bacterias). A continuación, te contamos paso a paso cómo limpiar tus lentillas:
Para limpiar la superficie de la lentilla, colócala en la palma de tu mano. Rocíala con unas gotas de una solución todo en uno. A continuación, frótala suavemente entre las yemas de tus dedos. De este modo puedes retirar cualquier partícula que se haya adherido a su superficie.
Para aclarar la lentilla y eliminar definitivamente la capa de suciedad, puedes valerte de la misma solución todo en uno o, alternativamente, de una solución salina. Para ojos sensibles, se recomienda emplear una solución salina sin conservantes.
No todos los microorganismos pueden eliminarse simplemente frotando la lentilla entre los dedos. Puedes usar tanto una solución multiuso como una a base de peróxido para desinfectar tus lentillas. Ya que la desinfección lleva su tiempo, durante la noche es recomendable dejar las lentillas en remojo dentro de su estuche.
Si empleas una solución de peróxido para desinfectar tus lentillas debido a tener ojos sensibles o una alergia contra ciertos conservantes, debes neutralizar la solución en la que se encuentran las lentillas.
Atención: ¡Las soluciones de peróxido no deben entrar en contacto con los ojos en ningún momento! Ten en cuenta las indicaciones que vienen en la caja del producto y las instrucciones de tu óptico u oculista.
Antes de volver a colocarte las lentillas, deberías lavarte y secarte las manos una vez más. Para eliminar los restos del producto de la lentilla, conviene usar una solución salina estéril.
El contenedor en el que guardas las lentillas también necesita una limpieza. Para ello, retira primero el líquido del estuche, acláralo con un buen chorro de solución fresca y colócalo del revés sobre un paño para que se seque. Además, es recomendable reemplazarlo mensualmente, a más tardar, cada tres meses.
Adicionalmente, una vez a la semana se recomienda eliminar las proteínas que se van depositando en las lentillas con unas pastillas desproteinizadoras especiales, conocidas como comprimidos enzimáticos. Sus enzimas descomponen las proteínas provenientes de la película lagrimal del ojo, eliminando cualquier impureza restante.
Déjate asesorar en la óptica
No uses agua para limpiar tus lentillas
Fíjate en las instrucciones del fabricante y en la fecha de caducidad
Reemplaza el líquido en el estuche cada día
Usa un estuche de lentillas nuevo cada tres meses, por lo menos
Sigue las indicaciones de limpieza paso a paso
Las soluciones de peróxido nunca deben entrar en contacto con los ojos
Dada la gran variedad de productos de cuidado, higiene y limpieza de lentillas, la elección del producto correcto no es tarea fácil para los usuarios, sobre todo los primerizos. Según el tipo de lentillas que uses, tendrás que decantarte por unos productos u otros, que además no siempre son compatibles entre sí. También debes tener en cuenta tus necesidades individuales (las propiedades de tu película lagrimal, posibles alergias o intolerancias), por lo que deberías dejarte asesorar por un óptico u oftalmólogo.
Un líquido capaz de todo: limpiar, enjuagar, desinfectar, neutralizar y remojar. Además, puede entrar en contacto con los ojos sin ningún problema, ya que no provoca irritaciones. Las soluciones multiuso son sencillas de emplear y muy seguras. No obstante, no pueden con todas las impurezas, especialmente las más tenaces. Por eso es recomendable emplear, adicionalmente, limpiadores enzimáticos para eliminar las deposiciones de proteínas.
Además, algunas personas podrían no tolerar alguno de los componentes de las soluciones todo en uno, por lo que conviene dejarse asesorar por un profesional antes de emplearlas. Su principal ventaja frente a las soluciones de peróxido es que después de la desinfección (ver los cuidados paso a paso), te ahorras los pasos de enjuague y neutralización.
¿Tienes ojos sensibles o incluso una alergia contra los componentes de los líquidos multiuso? Entonces las soluciones de peróxido serán tu primera opción. La mayoría de las soluciones de peróxido no contienen conservantes y por ello resultan especialmente indicadas para usuarios con ojos sensibles. Las soluciones de peróxido sirven para desinfectar y se aplican después de haber limpiado las lentillas. Antes de volver a ponértelas, es muy importante que neutralices el peróxido contenido en la solución.
Ten cuidado:: la solución de peróxido no debe entrar en contacto con tus ojos.
Una solución salina es perfecta para enjuagar las lentillas después de limpiarlas, para retirar las impurezas disueltas, y para aclararlas después de la desinfección. También sirve para humectar las lentillas. Pero cuidado: no puede reemplazar al líquido desinfectante. Para la desinfección, debes recurrir a soluciones multiuso o sistemas de peróxido.
Los limpiadores enzimáticos suelen ser pastillas y también se denominan desproteinizadores. Son capaces de disolver proteínas y liberan a las lentillas de deposiciones considerables. Se emplean independientemente de la limpieza y desinfección rutinarias de las lentillas.
Olvídate del agua de grifo y de cualquier otro tipo de agua. Es perjudicial para las lentillas, ya que puede contener cloro, minerales, partículas metálicas y, sobre todo, bacterias que dañan las lentillas y en el peor de los casos pueden causar infecciones oculares.
Tampoco deberías remojar las lentillas en agua durante la noche.. Si no te queda líquido de lentillas, lo mejor es desechar las lentillas y reemplazarlas por un par fresco al día siguiente.
Habla con tu óptico para que te recomiende cuál es el producto de cuidado adecuado para tus necesidades. Para usar lentillas es absolutamente indispensable cumplir con una rutina de higiene. Puedes pedir más información en una óptica o llamar a nuestro teléfono gratuito de Atención al Cliente si tuvieras cualquier duda al respecto.