El trabajo frente a la pantalla es el pan de cada día de millones de españoles. Por eso es una gran idea hacerse con unas gafas especiales que nos faciliten el trabajo en un entorno digital y reduzcan las posibles molestias asociadas. ¿Pero cómo saber si necesitas unas gafas ocupacionales? En esta guía encontrarás la respuesta a esta y otras muchas preguntas.
Si trabajas frente al ordenador, quizás hayas experimentado molestias como fatiga ocular, picor o escozor en los ojos o dolores de cabeza o en el cuello. Con síntomas como estos no es de extrañar que bajen el nivel de concentración y el rendimiento. Suelen aparecer porque la configuración del entorno de trabajo no resulta apropiada o porque las gafas que usamos no están optimizadas para el puesto de trabajo. En ese caso unas gafas ocupacionales pueden ser la solución.
En principio, es muy sencillo averiguar si necesitas unas gafas ocupacionales o no. Solo tienes que analizar cómo te desenvuelves en tu lugar de trabajo: si, por ejemplo, tienes dificultades para reconocer el teclado, tomar notas o si simplemente te cuesta encontrar una postura cómoda, eso ya puede ser un indicador claro de que necesitas unas gafas ocupacionales.
Unas gafas ocupacionales “convencionales” están dotadas de unos cristales optimizados para distancias cortas, que se ajustan a la distancia a la que se encuentra la pantalla del ordenador. Sirven, por tanto, para ver perfectamente la pantalla, pero no para enfocar más allá de un metro de distancia. Cualquier objeto (o persona) que se encuentre más lejos ya no se percibe con claridad.
Sin embargo, las gafas ocupacionales de Mister Spex vienen con unos cristales adecuados no solo para distancias cortas, sino también las intermedias. El centro de los cristales está optimizado para la distancia de la pantalla, asegurando una visión perfecta del monitor. Pero nuestras gafas ocupacionales van más allá, porque también ofrecen enfocar fácilmente a distancias cortas, para que puedas ver también el teclado, documentos o cualquier otro utensilio que se encuentre en tu mesa.
Además de esto, en la parte superior del cristal se encuentra un área que también permite la visión a distancias más lejanas. En conclusión: nuestras gafas ocupacionales son unas gafas muy versátiles, que van más allá del puesto de trabajo. Incluso se adaptan perfectamente para trabajar en el jardín, para muchas aficiones o simplemente para estar por casa, facilitando el enfoque a distancias cortas e intermedias que requerimos en estas circunstancias. Todo esto por un precio muy atractivo: el precio de la montura más 109,95 € por los cristales ocupacionales.
Aviso: por favor, ten en cuenta que las gafas ocupacionales no están indicadas para conducir.
Las gafas progresivas son un gran invento, pero están concebidas para enfocar a todas las distancias, desde lejos hasta cerca, por lo que no es la mejor opción para el trabajo frente al ordenador. Y es que la zona de progresión, es decir, el área del cristal dedicada a las distancias intermedias, en las gafas progresivas suele ser demasiado estrecha como para permitir una visión óptima de la pantalla, por lo que suele ser necesario levantar levemente la cabeza para visualizarla. Además, las zonas laterales ciegas de los cristales progresivos suelen ser mucho más grandes que en los cristales ocupacionales, por lo que tampoco resultan adecuados para reconocer los objetos que se encuentren sobre la mesa.
Por otro lado, las gafas de lectura están pensadas exclusivamente para enfocar de cerca, no cubriendo la distancia a la pantalla o incluso más lejos. Unas gafas graduadas para miopía o hipermetropía también corrigen la vista únicamente en la distancia correspondiente. Aunque pueden ser usadas delante de una pantalla, no están concebidas para distancias cortas e intermedias, que son las más importantes a la hora de trabajar frente al ordenador.
Por el contrario, nuestras gafas ocupacionales están optimizadas para el trabajo diario, permitiendo un enfoque perfecto tanto de la pantalla como de los utensilios de trabajo y las personas y objetos que se encuentren a una distancia intermedia.
Con unos pocos pasos ya puedes hacer mucho por tu vista, incluso sin gafas especiales:
Crea un entorno óptimo para tus necesidades, eligiendo una mesa cómoda, una silla ergonómica y un teclado y un ratón optimizados. Infórmate de cómo ajustar tu silla para mantener una postura correcta.
Ajusta el brillo de tu pantalla para que no te deslumbre.
Corrige el grado de inclinación del monitor según la distancia a tus gafas y oriéntalo de modo que no se produzcan reflejos molestos por ventanas o lámparas.
No olvides ventilar la habitación regularmente, para que la humedad del aire no sea ni demasiado alta ni demasiado baja. El aire fresco es importante para prevenir la sequedad ocular y otras molestias.
Las pantallas de los ordenadores y portátiles, pero también de nuestros smartphones y tabletas, emiten luz azul de alta energía, denominada también “luz HEV”. Si los ojos se ven expuestos a una cantidad excesiva de esta luz azul, pueden aparecer síntomas como sequedad ocular y fatiga visual. También se sospecha que a largo plazo podrían producirse daños en la retina. Nuestro filtro anti luz azul es un tratamiento opcional de los cristales que bloquea la luz HEV y evita que pueda llegar a los ojos en una cantidad excesiva.